lunes, 23 de febrero de 2009

ELEMENTOS FUNDANTES DE LA CRISIS 1


WAL-MART = Dumping al cuadrado


"En cada época, una empresa prototipo parece figurar un nuevo conjunto innovador de estructuras económicas y de relaciones sociales. Al final del siglo XIX, la compañía de Ferrocarriles de Pennsilvania se consideraba la referencia del mundo. A mediados del siglo XX, General Motors, era el símbolo de una gestión burocrática y perfeccionada y de una producción en gran serie aprovechando las nuevas tecnologías, y, estos últimos años, Microsoft parece ser el modelo de una economía del conocimiento postindustrial. A principios del siglo XXI, Wal-Mart surgió como el tipo de institución económica que transforma el mundo imponiendo un sistema de producción, distribución y empleo transnacional y sumamente integrado" (Nelson Lichtenstein, professor de la Univ. de California)



Dumping: Vender a precios bajos aunque tengamos pérdidas. Se trata de aniquilar la competencia y conseguir posiciones de monopolio. Una vez alcanzada esta posición el control del mercado te permite vender lo que quieras y al precio que quieras.

Wal-Mart ha hecho del dumping su raison d'être. La divisa que le ha acompañado desde el inicio de su expansión en 1962 ha sido "Los precios, siempre más bajos, siempre".

El dumping comercial elimina la competencia y "privatiza" un bien público fundamental como es el mercado. Combinándolo con el dumping social, Wal-Mart elimina el tejido comercial e industrial de un estado o un país entero, dejando al ciudadano con la "libertat" de elegir entre trabajar para Wal-Mart o no trabajar y la de consumir en Wal-Mart o no consumir.

Una empresa colosal

En 1962, Sam Moore Walton, abrió su primer Wal-Mart en Arkansas. En 1999, siete años después de su muerte, la revista Time reconoció a Sam Walton como uno de los cinco empresarios más influyentes del siglo, Junto con Bill Gates, Walt Disney, Pat Morita y Henry Ford. En la actualidad Wal-Mart Stores es no sólo la mayor empresa de comercio minorista, sino también la mayor empresa del mundo medida en términos de facturación, la cual alcanzó los 217.000 millones de dólares en 2006. De hecho estaría ya entre las 20 primeras economías del planeta superando sus ventas el PIB de países como Noruega o Austria.

¿Como lo ha conseguido?

1. A base de dumping comercial, precios reventados que aniquilan a sus competidores allí donde se instalan. Escogiendo cuidadosamente la zona donde desplegarse han ido creando situaciones de monopolio locales (pueblos o ciudades donde no había ninguna gran superficie comercial) que les permitían doblegar a sus proveedores locales. De los monopolios locales saltaban a monopolios más extensos de ámbito provincial (country states) hasta alcanzar posiciones de monopolio a nivel nacional en EEUU y lanzarse a la conquista de otras naciones. Es un crecimiento en forma de tumor. Hasta que no ha digerido una zona no pasa a fagocitar la siguiente y cada vez con más fuerza. Fuerza que le permitirá aguantar 11 años seguidos de dumping y pérdidas en Argentina (donde no supieron entender la sicología del consumidor argentino) y seguir en la brecha con un crecimiento global de sus beneficios del 13, 6% en 2003. Sam Walton se vanagloriaba de su perruna perspicacia usmeando desde su avioneta la mejor ubicación para una nueva área comercial. (Algo así deben experimentar las plagas de langostas)

2. A base de dumping social y una cuidadosa planificación de las relaciones de personal.

Wal Mart funciona como una secta. No entras a trabajar para Wal Mart como empleado sino como "asociado". En el "Saturday Mornig Meeting" semanal, una especie de misa sectaria, sicólogos expertos lavan cerebros e inculcan los valores basura de Wal-Mart (cultura Wal - Mart) con el fin de incrementar el rendimiento de los "asociados". La gran superficie comercial es equiparada a un templo en el que los "asociados" deben actuar como oficiantes de diversos rituales para ganarse a los consumidores. Wal Mart ha creado "colegios" de entrenamiento sectario de líderes como el de Springdale en Arkansas. Entre los "valores Walt-Mart" sin discusión posible está el de las "ventajas" de no estar sindicados ni tener seguro médico (a menos que se lo paguen de su sueldo).

La política de esta gran cadena de distribución con respecto a la sindicación de sus trabajadores quedó patente cuando los carniceros de Jacksonville (Texas) planearon en el 2000 la creación de un sindicato. Wal-Mart reaccionó de inmediato: cerró la carnicería y la sustituyó por estantes de carne preparada procedente de otros estados y dispersó a los carniceros recolocándolos en otros departamentos.

Una vez asumida la posición de monopolio, exige a sus proveedores condiciones draconianas sólo posibles deslocalizando la producción a zonas de explotación salvaje (el sistema carcelario chino está trabajando para Wal-Mart). Wal Mart es el principal responsable de la liquidación del tejido industrial norteamericano que ha dejado a la economía norteamericana convertida en una cáscara hueca.

Donde llega Wal-Mart llega el dumping social. Ha establecido cientos de "salas de negociación" por todo el mundo donde sólo pueden entrar ejecutivos de Walt Mart y sus proveedores. Allí se lleva a cabo lo que se conoce como una "subasta inversa" en la que los proveedores compiten para ofrecer el menor precio a partir de un precio "target" fijado por Wal Mart.

Pero el éxito alcanzado para colocarse en la primera fila de las multinacionales se debe a su particular relación con China. La base del dumping a escala mundial que practica Wal Mart sólo es factible gracias a inhumanos grados de explotación y encuadramiento de la mano de obra en entornos antidemocráticos. Los CEOs de Wal Mart son verdaderos expertos en relaciones con la nomenclatura china que les asegura el mantenimiento de condiciones draconianas de trabajo en los talleres que suministran los productos que Wal Mart dispone graciosamente en sus estanterías.

Wal Mart impide cualquier inspección independiente de sus proveedores, y se niega incluso a facilitar sus nombres y direcciones.

La historia de Wal Mart es el patrón y el modelo para el capitalismo.

No en vano entre los destacados miembros de su consejo de administración figuró durante 6 años (1986-1992) la actual candidata a la presidencia de los EEUU, Hillary Clinton (Wal Mart apoyó generosamente la campaña política de su marido) . Sam Walton la llamaba cariñosamente "My little lady" (Mientras , Wendy Diaz, un niña hondureña de 13 años, cobraba 5 céntimos de dolar a la hora fabricando camisetas para la firma que dirigía la famosa "little lady") y Hillary respondía: "I'm so proud of this company, and everything it represents".

Tiene dos millones de empleados y son cientos de miles las empresas que dependen de sus pedidos para sobrevivir (en EEUU alrededor de 3 millones de personas tienen tienen empleos que dependen de Wal Mart).

100 millones de personas entran en sus almacenes cada semana y 200 millones de obreros de las subcontratas, la mayoría mujeres, ven endurecidas día a día sus condiciones de trabajo y sueldo para mantener llenas las estanterías.

Su colosal tamaño hace que sus decisiones comerciales tengan una trascendencia enorme e inmediata en la industria. Toshiva ha retirado el formato HD-DVD porque Wal-Mart decidió en febrero 2008 que se decantaba por Blu-ray de Sony y desde aquel momento en adelante solo vendería ese formato en sus tiendas.

Músicos, escritores y publicistas han de someterse a la censura de contenidos de Wal Mart que se postula como el defensor de la familia americana. Un libro o un vídeo que tratara temas relacionados con este blog no pasaría la censura Wal Mart.



Presentándose como el adalit del consumidor individualista, sus grandes superficies comerciales se van expandiendo por todo el planeta como una apisonadora de la depresión. Llega a una comarca y arrasa con todo el comercio y el tejido industrial de la zona.

Su éxito viene de la mano de la globalización basada en el consumo desaforado de energías fósiles. Desde los despachos centrales de Wal Mart los pedidos se lanzan a proveedores de todo el planeta para mantener siempre bien surtidas las estanterías de sus grandes superficies. Sus importaciones de China (10% del total de EEUU) superan las importaciones de Francia y España juntas.

Wal-Mart contra los puestos de trabajo en puertos y autopistas norteamericanos.

En 2004 un container Wal-Mart desembarcaba cada 45 segundos en un puerto de EEUU (576.000 al año). Esto significa miles de puestos de trabajo para los trabajadores portuarios y transportistas norteamericanos con salarios del 1r mundo. ¿Como reconvertir este sector en un negocio "offshore"? El Tratado de Libre Comercio (NAFTA) entre Canadá, EEUU y México lo hace posible. Nuevas y gigantescas instalaciones portuarias creadas a partir de la nada en la costa oeste mejicana permitirán en los próximos años desviar todo el tráfico de containers desde Los Ángeles y Long Beach a Méjico. Al mismo tiempo se está construyendo un "corredor" Sur-Norte ("NAFTA corridor", un combinado de autopistas, ferrocarriles, oleoductos y acueductos) para encaminar todo este tráfico a los puntos de consumo (almacenes Wal-Mart, etc)

Votar a favor de Wal-Mart: votar por la depresión

Sus precios reventados son un acicate para los consumidores. Sus privilegios de monopolio le permiten estrujar a sus proveedores que a su vez, para aguantar el tirón, habrán de estrujar a sus empleados o ... importar de China. Aumenta el paro y bajan los sueldos de los consumidores que, eso si, votan cada día a favor de Wal Mart en sus cajeros, votan por la depresión.


En el camino cientos, miles de cadáveres de los competidores arruinados y de los proveedores que no supieron adaptarse. Wal Mart anula la diversidad empresarial y el mercado. Sólo las pocas empresas que se adaptan sobreviven. Y adaptarse significa convertirse en la estructura hueca en que se han convertido la mayoría de las empresas industriales que deslocalizan o subcontratan toda su producción y servicios a países con sueldos imfrahumanos.

Wal Mart = Depresión

Wal Mart representa al capitalismo prosperando a costa de la depresión. A más depresión, más Wal Mart; a más Wal Mart, más depresión. Era y es el modelo y el patrón a seguir para cualquier empresa que quiera seguir en la competición, y más en las presentes circunstancias de crisis y liquidación de empresas.

Dumping comercial (bajar precios para eliminar competidores) + dumping social (bajar a niveles mínimos de subsistencia los sueldos) = Posiciones de monopolio = fin del mercado. La supervivencia de los negocios en las condiciones actuales de crisis depende de las posiciones de monopolio acumuladas. Es el reino del capital que destruye incluso el instrumento que lo a aupado: el mercado

La mecánica de su expansión es el paradigma de la actual fase de globalización capitalista. Los ayuntamientos o estados rebeldes que se han opuesto a su instalación para proteger su tejido comercial han de observar impotentes como sus consumidores compran en los almacenes de los ayuntamientos o estados sumisos colindantes que subvencionaron incluso la instalación de Wal Mart. ¿No pasa esto con los países que intentan poner límites a las condiciones de producción que imponen las multinacionales?



Es la contradicción del "consumidor" individualista americano. Navega con su gran coche adquiriendo bueno y barato en Wal Mart y ... se queda sin empleo o con un sueldo basura. Pretende vivir en un mundo con las ventajas de la seguridad social, el sindicato, la sanidad, la educación, sin polución y con un clima estable pero, ..... consume productos fabricados allende los mares, en condiciones infrahumanas de sueldos miserables, sin sindicatos, sin sanidad, sin educación, con polución, suciedad, ...

La guinda del pastel Wal-Mart sería que pudiera incorporar en sus almacenes oficinas bancarias. La regulación financiera de EEUU lo impide y de hecho frenó varias iniciativas de Wal-Mart en este sentido, como el intento de abrir una oficina bancaria (industrial loan corporation) en Salt Lake City, Utah en 2005. Pues bien, desde junio de 2007 ha obtenido cientos de licencias para instalar oficinas bancarias en sus almecenes apoderándose así de la única parte de la sabia de sus clientes que aún se le escapaba. Se trata de la usura pura y dura a la antigua usanza. No pagas, no comes. (En EEUU ya no hay leyes contra la usura)

Y ahora que Wal-Mart se ha apuntado al greenwash pues si ser "verde" es bueno para el medio ambiente y también puede serlo para el negocio (being green was good both for the environment and for business, Lee Scott dixit) uno puede comprar lo que ya no sabe producir, en un entorno sino verde, verduzco a la Walt-Mart.

En EEUU está surgiendo un movimiento anti-Wal-Mart con fuerte implantación en la web. El portal Wake Up Wal-Mart.com publica un manual de autodefensa contra Wal-Mart, tácticas de disuasión, recogida de firmas, recogida de testimonios de empleados, ect. Wal-Mart Fight relaciona los "real Wal-Mart facts" frente a las campañas de intoxicación del monopolio, Wal-Mart Watch realiza un siguimiento de las retorcidas actividades de la firma.

El individualismo del consumidor suplanta la solidaridad del productor.

Un ejemplo: India, es ahora la mayor fuente extranjera de productos farmacéuticos que consumen los norteamericanos. Casi 350 variedades de antidepresivos, medicamentos para el corazón, antibióticos y otros medicamentos comprados por los consumidores americanos son hechos por los fabricantes indios. Un estudio publicado por la Universidad de Goteborg (Suecia sept. 2007 ) muestra que los medicamentos que se envían fuera de la India, están dejando tras de sí un legado enorme de residuos tóxicos. Incluso después de días en una planta de tratamiento de agua, (Patancheru Enviro Tech, Ltd. (PETL) , la única planta de tratamiento para toda la zona) los efluentes vertidos en los arroyos y ríos en una región de la India (La Zona Económica Especial de Patancheru, en el estado de Andhra Pradesh, con unas 90 plantas farmacéuticas y varias en construcción) muestran concentraciones de antibióticos y otras drogas en ratios de 100 a 30.000 veces los niveles considerados seguros.

El antibiótico ciprofloxacina (Cipro), que fluye fuera de la planta a razón de 25 kg de ingrediente activo por día, "es equivalente a la cantidad total consumida en Suecia, con una población de nueve millones, durante una media de 5 días"! .

Así es como se funciona en el "atractivo"marco legal indio. Pero cuando los camiones tanque llegan a la planta de tratamiento cargados de residuos y son devueltos por excederse en su cuota, no emprenden la vuelta a la farmacéutica sino que se pierden en el territorio, la inmensa India, para vaciar su contenido.

Así que cuando se nos alarma sobre los peligrosos juguetes, alimentos ... importados de China, la India, o de otros países, puede ser que se trate de la producción de personas que viven aguas abajo del complejo farmacéutico que bien podrían estar pagando el precio de nuestra demanda insaciable e inconsciente.

Tsunami financiero

Este periodista ya adelantó en junio el segundo semestre de terror del 2008, en especial para La Hoja Voladora. Ojalá se equivoque ahora.


De acuerdo con LEAP/E2020, (http://www.leap2020.eu/) el primer ministro británico Gordon Brown y otros líderes mundiales "pierden su tiempo coreando la dimensión histórica de la crisis, pero ocultan el hecho de que no entienden absolutamente nada de su naturaleza. En el mismo sentido de Dennis Blair, director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, quien alertó de la probabilidad de una Gran Depresión y sus "implicaciones geopolíticas" (ver Bajo la Lupa, 15.2.09), LEAP/E2020, centro de pensamiento europeo, advierte que en el último semestre de este año se "iniciará la quinta fase de la crisis sistémica: la fase de la dislocación geopolítica global" (GEAB, número 32, 16.2.09).

Recuerda su previo análisis en el que sostenía que la "crisis sistémica global" se desplegaría en cuatro principales fases estructurales: desencadenamiento, aceleración, impacto y decantación. Reconoce que ha surgido una nueva fase (la quinta, de dislocación geopolítica), debido a la "incapacidad de los líderes globales de entender plenamente la visión de la crisis presente" y que se ha vuelto obvia por la "determinación en curar las consecuencias en lugar de las causas". Vaticina que la quinta fase advendrá en el cuarto trimestre de este año (es decir, a partir de septiembre), y que en su epílogo el "mundo se parecerá más a Europa en 1913, en lugar de nuestro mundo en 2007".

Esta nueva fase será conformada por "dos procesos principales que ocurrirán en dos secuencias paralelas".

Los dos procesos principales constan de: 1.- la "desaparición de la base financiera en todo el mundo"; es decir, la extinción del dólar debido a su impagable deuda; y 2.- "la fragmentación de los intereses de los grandes jugadores y los bloques del sistema global".

Las dos secuencias paralelas constan de: 1.- "la desintegración veloz de todo el sistema internacional vigente"; y 2.- "la dislocación estratégica de los grandes jugadores globales".

Se lamenta que la cuarta fase de decantación no haya dado lugar a la recuperación y culpa a los "líderes globales" de haber perdido la oportunidad de "sacar las conclusiones adecuadas del colapso del sistema global prevaleciente desde la Segunda Guerra Mundial".

Los líderes globales no se encuentran a la altura de las circunstancias: "Barack Obama, Nicolas Sarkozy o Gordon Brown pierden su tiempo coreando la dimensión histórica de la crisis, pero ocultan el hecho de que no entienden absolutamente nada de su naturaleza e intentan limpiar sus nombres del fracaso futuro de sus políticas". LEAP/E2020 es muy severo con los principales líderes del mundo occidental: "prefieren persuadirse a sí mismos que el problema será resuelto como cualquier otro problema técnico normal, aunque un poco mas serio que el usual. Mientras cada uno persiste en jugar las viejas reglas obsoletas de décadas atrás, inconscientes del hecho de que el juego se ha extinguido bajo sus narices".


La reciente reunión de los ministros de finanzas del G-7 en Roma, más catatónica que nunca, parece conceder toda la razón al LEAP/E2020: "en Estados Unidos, como en Europa, China y Japón, los líderes persisten en reaccionar como si el sistema global hubiese sido solamente víctima de alguna falla temporal". Pareciera que "solamente requieran cargas de combustible (liquidez) y otros ingredientes (disminución de las tasas de interés, recompra de los activos tóxicos, rescates de las industrias semiquebradas…) para que vuelva a arrancar".


Su diagnóstico es de una enfermedad terminal, no de un catarrito blindado: "el sistema global ha fenecido; se requiere construir uno nuevo en lugar de luchar en salvar lo que no puede ser más rescatado". Concuerda con nuestro análisis de que no se trata de una crisis vulga
r, que puede ser solucionada con medidas anticíclicas, sino del fin del paradigma neoliberal (y, quizá, del mismo modelo capitalista).



Exhibe una gráfica sobre las penurias de la industria, en orden descendente en Japón, Estados Unidos, la eurozona, Gran Bretaña, China e India; es decir, de seis de los principales activadores de la globalización financiera y económica, que han contraído dramáticamente la demanda de nuevos pedidos (al último trimestre de 2008) en el sector manufacturero que ha ingresado a territorio negativo, como señal incontrovertible de que "sus economías pudieran desacelerarse todavía más en los meses venideros" (Índices de Compra de los Gerentes; MarketOracle/JP Morgan).

LEAP/E2020 esperaba una recuperación gradual después de la cuarta fase de decantación, pero, por desgracia, este brote de la quinta fase "incendiará el proceso requerido de reconstrucción en forma abrupta: mediante una completa (¡sic!) dislocación del sistema vigente, con consecuencias particularmente trágicas (¡súper sic!) en el caso de varios grandes jugadores globales".

La única esperanza de que este escenario dantesco no ocurra radica en "los próximos cuatro meses antes del verano de 2009". Asevera que la cumbre del G-20 el próximo abril en Gran Bretaña "es probablemente la última oportunidad de reacomodar las fuerzas en juego; es decir, antes de que las bancarrotas de Gran Bretaña y Estados Unidos den inicio".

En caso del fracaso del G-20, "perderán su capacidad de controlar los eventos, ya que muchos de sus países, así como en el resto del mundo, entrarán en la fase de dislocación geopolítica como un barco ebrio". Se recuerda que "barco ebrio" es el célebre poema del genial Rimbaud.

Más probablemente, el "G-20 tendrá mayores dificultades incluso de reunirse, ya que la tendencia creciente es de que cada quien se salve por sí mismo".

A su juicio, la dislocación geopolítica afectará ineluctablemente a los cuatro principales actores geoestratégicos del planeta: Estados Unidos, Unión Europea, China y Rusia, por lo que la "población en general y los jugadores sociopolíticos deben estar listos a enfrentar temibles (¡súper-sic!) tiempos durante los cuales amplios segmentos de nuestra sociedad serán modificados o desaparecerán temporalmente, o se extinguirán permanentemente". Se basa en un artículo tétrico de The New York Times ("El desempleo representa una amenaza a la estabilidad mundial"; 15.2.09). Esto le concede toda razón a los señalamientos de mi paisano Carlos Slim Helú frente a los pigmeos del calderonismo.

LEAP/E2020 insiste en que la "ruptura del sistema monetario global" ocasionará el "colapso del dólar (y de los activos denominados en dólares), pero también inducirá, por contagio sicológico, una pérdida general de confianza en todas las divisas". ¿Es el momento inevitable del oro y la plata?

Concluye que "los países más monolíticos y las entidades políticas más imperialistas son quienes sufrirán más de esta quinta fase de la crisis. Algunos estados experimentarán una dislocación estratégica que socavará su integridad territorial y su influencia mundial". ¿Se referirá al ya decadente Estados Unidos?

A consecuencia de ello, "otros estados perderán súbitamente sus situaciones protegidas y serán arrojados al caos regional".

A ver qué pasa con el G-20.

Por Alfredo Jalife-Rahme-La Jornada

[20.02.2009]




martes, 17 de febrero de 2009

Un artículo para compartir sobre la crisis

Acople depresivo global (radicalización de la crisis)
Por Jorge Beinstein

16.02.2009

A comienzos de 2007 fue Alan Greenspan (por entonces ya había abandonado la presidencia de la Reserva Federal) quien dio el alerta acerca de la próxima llegada de la recesión en los Estados Unidos, la profecía se cumplió hacia el fin de ese año. Ahora ha sido Gordon Brown, primer ministro de Inglaterra el que ante la Cámara de los Comunes a comienzos de febrero de 2009, en plena recesión, anunció la llegada de la depresión global. Como era de esperarse la palabra maldita fue rápidamente desmentida oficialmente que la atribuyo a una "gaffe", una expresión involuntaria de Brown, pero el tema quedo instalado precedido por un cierto número de comentarios y artículos de especialistas coincidentes con esa afirmación. Casi al mismo tiempo el presidente de Francia, Nicolás Sarkozi, califico a la crisis como "la peor desde hace un siglo" y en su conferencia de prensa del 9 de febrero Barak Obama coincidió con esas visiones "catastrofistas" (realistas).
2009 aparece como el-año-de-todos-los-peligros, es muy difícil pronosticar el ritmo de la crisis en curso sobre todo porque no tiene precedentes en la historia del capitalismo; su carácter sistémico, su pluralidad (económica, energética, militar, institucional, tecnológica, ambiental, ideológica) y las interrelaciones entre sus diversas componentes le confieren un comportamiento errático, casi (pero no totalmente) impredecible.

De todos modos un conjunto de indicadores nos están señalando que el acople recesivo global que se fue desarrollando durante 2008 está ahora ingresando en una nueva etapa caracterizada por grandes caídas productivas y aumentos de la desocupación en los países centrales y en la mayor parte de la periferia. Se trata de la instalación de un acople depresivo global avanzando ante la impotencia de los gobiernos de los países ricos que constatan como las lluvias de millones de millones de dólares, euros, etc., arrojados sobre sus mercados no consiguen frenar la avalancha.
Al igual que en el comienzo de la etapa anterior el motor de la crisis se encuentra en los Estados Unidos donde durante el último trimestre de 2008 y en el comienzo de 2009 aparecieron datos alarmantes anunciando la inminente llegada de la depresión.
En el cuarto trimestre de 2008 el Producto Bruto Interno promedio cayó a una tasa anual de 3,8% (si descontamos la acumulación de inventarios la caída supera el 5%), la producción industrial bajó 11 %, el consumo de bienes durables 22 %, el de bienes no durables 7 % y las exportaciones 22 %, las informaciones disponibles del primer mes de 2009 (consumo, desocupación, cotizaciones bursátiles, algunos sectores industriales decisivos como el del automóvil, etc.) indican que la tendencia recesiva se profundiza. A las caídas en la producción y el consumo se agrega el rápido aumento del ahorro personal, impulsado por el temor a la desocupación y a la pérdida de ingresos, que reducirá aún más el consumo lo que a su vez empujará hacia abajo a la producción industrial. A lo largo de 2008 se puso en marcha el clásico círculo vicioso recesivo donde el consumo, la producción y la inversión interactúan negativamente: la recesión provoca más y más recesión. Se ha producido un rápido empobrecimiento del grueso de la población, en algunos casos se trata de pérdidas de riquezas ilusorias como lo fue el aumento burbujeante de acciones y valores inmobiliarios que impulsaban el consumo de sus beneficiarios y en otros de pérdidas reales de empleos, salarios y viviendas.
Dos informaciones pueden ser útiles para evaluar la magnitud del desastre, la primera referida a la contracción de la riqueza provocada por el colapso financiero. La llamada riqueza neta de la población norteamericana (valor de las propiedades, acciones, etc., menos deudas) había descendido a comienzos de 2009 en unos 14 billones (millones de millones) de dólares corrientes respecto del valor promedio de 2007, cifra equivalente al Producto Bruto Interno de los Estados Unidos.
La segunda información nos ilustra sobre el impacto social de la crisis, la desocupación "oficial", es decir la registrada de ese modo por el gobierno, creció gradualmente a lo largo de 2007 y se aceleró desde mediados de 2008, en octubre incluía a más de 10 millones de personas, en diciembre superaba 11 millones (7,2% de la población económicamente activa). Sin embargo esa cifra subestima el problema porque a los 11,1 millones de desocupados oficiales de diciembre de 2008 (3,6 millones más que en diciembre de 2007) es necesario agregar 2,6 millones de desocupados de "larga duración" (con 27 semanas o más sin empleo), ese sector aumento en 1,3 millones de personas durante 2008, por otra parte los trabajadores precarios llegaban a unos 8 millones (eran 4 millones 600 mil un año antes). Sumando desocupados oficiales. crónicos y trabajadores precarios se llega en diciembre de 2008 a casi 22 millones de personas, eran 13 millones 500 mil un año antes; se trata del salto al vacío de más de 8 millones de personas.
Insolvencia y aceleración de la crisis
Los principales indicadores económicos y sociales nos señalan que la crisis se acelera y que el aumento de ritmo apunta hacia una gran salto cualitativo, un hundimiento catastrófico de la economía norteamericana que seguramente arrastrará al conjunto del sistema global.
El Producto Bruto Interno real creció a una tasa anual del 3,3 % en el segundo trimestre de 2008, tuvo una leve cifra negativa en el tercero (-0,5%) y cayó con fuerza en el cuarto (-3,8%).
La producción industrial aceleró su descenso a lo largo del año pasado, el índice promedio del segundo trimestre cayo 0.9 % respecto del primero, el del tercero bajó 2,3 % respecto del segundo y el de cuarto trimestre descendió 3 %.
El consumo personal que se había mantenido estancado en términos reales durante los primeros meses de 2008 inició un persistente descenso en el segundo semestre que tiende a acentuarse a comienzos de 2009.
A lo largo de 2007 y hasta abril de 2008 la masa de desocupados oficiales presentaba una curva ascendente suave, pero en mayo pego un salto del orden del 11 % a partir de allí el crecimiento de la desocupación se aceleró, en los cinco trimestres que van entre enero de 2007 y marzo de 2008 la tasa trimestral promedio de incremento del volumen de desocupados nunca superó el 1,5 %, pero en el tercer trimestre de 2008 subió al 3,5 % y el el cuatro al 5 %. En diciembre de 2008 se produjeron 630 mil nuevos desocupados netos, en enero de 2008 se repitió aproximadamente dicha cifra.
El índice de precios de las viviendas desciende a velocidad creciente desde mediados de 2008, 10 % de caída a lo largo de todo 2008.
En los 12 meses que van entre octubre de 2007 y mediados de septiembre de 2008 la capitalización bursátil norteamericana descendió unos cuatro billones (millones de millones) de dólares, pero solo en los cuatro meses siguientes descendió en un cifra similar, la baja mensual promedio pasó entonces de 333 mil millones de dólares para el primer período a un billón de dólares para el segundo (casi 7 % del PBI por mes). En fin, la tasa de ahorro respecto del ingreso personal disponible que se había mantenido próxima de cero en los últimos años pasó del 1,2 % en el tercer trimestre de 2008 a 2,9 % en el cuarto trimestre y existe consenso entre los pronósticos conocidos para situarla en torno del 5 % antes de fin de año acentuando así la retracción del consumo.

Si la tendencia a la aceleración de la caída económica no puede ser frenada todo parece indicar que 2009 se producirá la Gran Depresión, mucho más grande que la de los años 1930.
Desde que se produjo el colapso financiero de mediados de septiembre del año pasado el gobierno (Bush y luego Obama) ha tratado de suavizar la caída a través de millonarios subsidios a los bancos primero y después a industrias clave como la automotriz y finalmente a los consumidores. Sin embargo estas inyecciones de fondos que aumentan peligrosamente la deuda y el déficit público no han conseguido el objetivo buscado, ha sido así porque detrás de la crisis de liquidez, de la falta de crédito, se encuentra el fenómeno de sobre endeudamiento publico y sobre todo privado que ha colocado a numerosas empresas y a una enorme masa de consumidores en la insolvencia o al borde de la misma. Eso no se arregla inyectando dinero en el mercado, con esas intervenciones se producen algunos alivios pasajeros que evitan uno que otro derrumbe, postergan un poco la depresión sin poder impedir su llegada. A su vez la insolvencia y el sobre endeudamiento son el resultado de una prolongada decadencia productiva asociada al ascenso del parasitismo financiero de aproximadamente cuatro décadas de duración, es el conjunto del sistema lo que ha entrado en crisis,
Trampa global
Al igual que en el período recesivo (2008) no existe ninguna posibilidad de desacople, la articulación comercial, productiva y financiera de la economía mundial opera como una gigantesca trampa de la que nadie puede escapar. Habrá que esperar a que el tiempo (la prolongación de la crisis) genere factores de desarticulación, de fractura capaces de quebrar la unidad del sistema, para que ello ocurra debería producirse una quiebra duradera del comercio y de la trama monetaria internacional (queda abierta la reflexión acerca de la posibilidades de supervivencia del capitalismo como cultura universal si eso llegara a ocurrir).
Por ahora el hundimiento es general, la mayor parte de los países europeos están pasando de la recesión a la depresión, Japón sigue el mismo camino. China transita hacia una fuerte baja en su tasa de crecimiento del PBI, algunos pronósticos la sitúan en torno del 6 % para 2009 con consecuencias económicas y sociales equivalentes a una recesión, Brasil y Rusia ya se han acoplado al desinfle global, la Organización Internacional del Trabajo acaba de presentar un escenario para 2009 que incluye cincuenta millones de desocupados adicionales.
Depresión psicológica
La depresión económica viene precedida por una ola de depresión psicológica que luego de algunos primeros pasos tímidos en medio de la recesión de 2008 se expande actualmente a toda velocidad entre las elites dominantes del mundo, el pesimismo se está adueñando del universo cultural del capitalismo, sus ilusiones de dominación imperial del mundo se van disolviendo en el océano de la crisis. Ese clima fue bien expresado en su momento inicial por Richard Haass, presidente del Consejo de Relaciones Internacionales de los Estados Unidos, cuando en un articulo publicado en Mayo de 2008 señalaba el fin de la hegemonía global norteamericana y el nacimiento de un mundo crecientemente despolarizado, es decir el principio del fin de la plurisecular y compleja construcción colonial de Occidente. Hacia mediados de diciembre James Rickards, figura clave del aparato de inteligencia norteamericano presentó un informe auspiciado por la U.S. Navy plagado de pronósticos siniestros: desde el derrumbe del dólar y de los títulos públicos norteamericanos hasta reducciones del Producto Bruto Interno del orden del 30 % en los próximos cinco años y tasas de desocupación similares a las de los años 1930. Finalmente el último encuentro de Davos, en otros tiempos reunión estelar de la cumbre de la globalización neoliberal, estuvo dominado por las constataciones de impotencia ante una crisis avasalladora, empresarios transnacionales y dirigentes de las grandes potencias lloraron sobre los restos de un mundo que llegaron a creer eterno.

Este acople mundial del pesimismo ideológico y la depresión económica podría ser visto en una primera aproximación al tema como el principio del fin de la post guerra fría, período de dos décadas de duración marcado por la dominación global de los Estados Unidos, un auge sin precedentes de la especulación financiera y una integración transnacional muy avanzada de los sistemas productivos, también podría ser descripto como era neoliberal enterradora del keynesianismo, del estatismo burgués desarrollista. Sin embargo esas serían interpretaciones muy limitadas, carentes de una visión histórica más amplia ya que el llamado neoliberalismo no fue otra cosa que el discurso triunfalista de la degeneración financiera, parasitaria del capitalismo keynesiano. En los Estados Unidos el estado militarista e interventor nunca se retiró de la escena y en las otras grandes potencias la intervención voluntarista del Estado estuvo siempre presente aunque al servicio de un capitalismo globalizado y financierizado cuya dinámica terminó por desquiciar, corromper profundamente a los sistemas institucionales en los que se apoyaba. Es toda la historia del capitalismo (sus grandes paradigmas científicos y tecnológicos, su estilo de consumo, sus sistemas productivos, su cultura imperial) lo que ahora está comenzando a navegar a la deriva.
- Jorge Beinstein es economista argentino, docente de la Universidad de Buenos Aires. jorgebeinstein@yahoo.com
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jueves, 12 de febrero de 2009

La madre de todas las burbujas


Por Raúl Dellatorre Página 12
Barack Obama no prometió que el plan de rescate por casi 800 mil millones de dólares que le suplicó aprobar al Senado sea el último, pero seguramente lo desea. Sabe que transita por un terreno extremadamente peligroso. El nivel de endeudamiento en el que está entrando Estados Unidos, a través de la sucesiva emisión de bonos del Tesoro cada vez que lanza un plan de salvataje, está inundando la plaza mundial de papeles de la deuda en una dimensión inimaginable, aun para el país con la economía más poderosa del mundo. Si se imaginara sólo por un momento que los inversores sospecharan de la incobrabilidad de una deuda que ya supera los 11 billones (millones de millones) de dólares, la conclusión seguramente será que estaríamos ante una catástrofe varias veces superior a la crisis actual. O, dicho de otro modo, ante la probable y quizás verdadera dimensión de la crisis actual. ¿Es mucho? Veamos.
Algunas cuestiones técnicas. Los bonos del Tesoro de Estados Unidos son considerados, por convención, los títulos de deuda más confiables universalmente. A partir de allí, la diferencia entre el rendimiento que los inversores le reclaman a los bonos de deuda de cualquier país y lo que rinden los bonos de Estados Unidos, define el “riesgo país”. El bono de Estados Unidos es considerado el “kilómetro cero”. No importa en la situación en que se encuentre su economía, a partir de él se miden las distancias. Es así y así se acepta. Estados Unidos es al único país del mundo al que no se le mide el “riesgo país”.
Pero los planes de rescate no son la única fuente de necesidad para la emisión de bonos del Tesoro. Estados Unidos también debe sostener con endeudamiento el creciente déficit en sus cuentas públicas, y además bancar el déficit comercial, también multimillonario, que no se llega a cancelar con pago en efectivo, con emisión de dólares.
Otra cuestión técnica. Cualquier otro país, para tener déficit permanente en cuenta corriente, debería endeudarse hasta el punto que alguien le imponga un brutal ajuste. De nada le valdría emitir, porque nadie aceptaría su moneda. A Estados Unidos, en cambio, nadie le impone nada y todos aceptan su moneda. “Es una ventaja tecnológica, es el único país del mundo que tiene la maquinita de hacer dólares”, dijo alguna vez Ben Bernanke, cuando aún no era titular de la Reserva Federal de Estados Unidos. Sonó gracioso. Hablaba en serio.
Estados Unidos le saca productos al resto del mundo y a cambio le da dólares y bonos de su deuda. Cualquier país que emite moneda en exceso genera inflación. Estados Unidos también, pero no inflación interna, sino en el resto del mundo, donde van a parar los dólares. Se endeuda, llena de bonos a sus socios y les traslada inflación. Ningún otro país provocaría ese resultado con su déficit comercial, trasladándole el costo al resto.
Todo lo dicho viene pasando desde hace casi una década, prácticamente coincidiendo con los años de George Bush en el gobierno. La pregunta es cómo sigue o, como diría un presunto analista, “si el modelo es sustentable”. Por ahora, la política sigue siendo lanzar monumentales planes de rescate en base a endeudamiento en bonos. Los de Bush eran para salvar a los bancos. Obama sigue con los salvatajes al sistema financiero, pero lanza otros para el sector productor de bienes, apostando a resurgir de la crisis. Lo inmediato es que aumenta la emisión de bonos y la deuda, mientras que el objetivo de recuperación está por verse si se cumple.
Por ahora, los bonos de la deuda de Estados Unidos, a mediano o largo plazo (a diez o a treinta años) siguen circulando, se siguen comprando. Los bancos se han ido desprendiendo de sus tenencias de bonos del Tesoro, no tanto por desconfianza sino más por necesidad de liquidez. Los particulares, en gran parte inversores en el mercado accionario que han huido de la plaza bursátil o inmobiliaria después de haber sufrido grandes pérdidas, prefieren los bonos porque no quieren correr riesgos. Piensan que los bonos son un buen refugio, aunque paguen una tasa bajísima del 2 por ciento, una de las menores de la historia por política impuesta por la Reserva Federal.
Pero la mayor parte del stock de títulos de la deuda de Estados Unidos está en las arcas de bancos centrales. Más de la mitad de la deuda, 5,8 billones de dólares, está en poder de dichas instituciones y particulares fuera de Estados Unidos, con China y Japón a la cabeza (más de 650 mil millones el primero, casi 600 mil el segundo). Si tan sólo amagaran desprenderse de una parte, el valor de los bonos estadounidenses se derrumbaría. Pero, por ahora, nadie lo hace. Están asociados a la suerte del valor de esos bonos: una caída en su precio también significaría un fuerte quebranto en los mismos bancos centrales que lo poseen.
Esa dependencia mutua sólo indica que, muy probablemente, no serán los bancos centrales asiáticos los que iniciarían una corrida o despegue. Pero nadie podría asegurar que guardarán igual conducta si la corrida la inicia otro. Puede que no quieran ser los primeros en salir, pero tampoco querrían ser los últimos.
¿Qué posibilidad hay de que “otros”, innominados, inicien una corrida contra los bonos estadounidenses? Hoy, como fue dicho, sus rendimientos son bajísimos, pero se consideran “seguros” mientras se piense que no va a caer su valor de mercado. Pero bastaría que los inversores individuales recuperen su propensión al riesgo para que busquen rendimientos más atractivos en papeles privados. Esto sucedería, por ejemplo, si se observa una recuperación sostenida de la actividad económica y las acciones de empresas vuelven a ser tentadoras. Si ocurriera que la actitud de los inversores individuales arrastrase a los inversores institucionales, resultaría que el mejor escenario para la economía podría ser el peor para los bonos estadounidenses.
¿Qué pasaría con los bonos si la crisis se prolonga, si la situación de debilidad de la economía estadounidense no se disipa y más sectores económicos entran en crisis? La alternativa de más intervención oficial, más planes de salvataje, supone más necesidades de financiamiento y, por tanto, mas emisión de bonos. ¿Hasta cuando es posible, antes de convertirse en una burbuja a punto de estallar? No son pocos los que sostienen que ese límite ya está demasiado cerca, si no es que ya se atravesó. Es decir, el peor escenario para la economía también podría ser el peor para los bonos.
En un reciente artículo, Rubén Ramallo, catedrático de la Universidad de Palermo, repasa y cita varios comentarios de origen estadounidense señalando la creciente preocupación sobre el futuro de los bonos del Tesoro. Muchos prevén un final catastrófico, la más contundente fue la revista especializada en inversiones Barron’s, que alertó “Salgan ya” (“Get out now!”) a sus lectores con bonos. Otros advierten que la tendencia de los bancos centrales es a la venta y no a la compra de títulos del Tesoro estadounidense.
Los bonos, no hay duda, se han convertido en otra burbuja, pero la Gran Burbuja. La que abarca a todas las demás: la de las acciones tecnológicas, la inmobiliaria, la crediticia, etc. El drama es que, esta vez, tendría un alcance desmesurado, por el grado de exposición de las principales economías del mundo y por lo que representan éstas en la economía global. Todo el modelo de acumulación estaría en juego. ¿Alguien se imagina el final del neoliberalismo como un monstruo que se devora a sí mismo? Un final de película de ficción, o no tanta. En definitiva, Hollywood también es Estados Unidos. Y viceversa.