sábado, 29 de marzo de 2008

Nuevo aniversario de la muerte de Karl Marx

Remembranza de LA HOJA VOLADORA en homenaje al fundador del socialismo cientifico.

“En los Funerales de Karl Marx“, es el conmovedor epitafio que el entrañable amigo Frederick Engels evocó en memoria del autor de El Capital. Para los lectores de La Hoja Voladora ponemos a disposición este justo homenaje al autor de Das Kapital al cumplirse 125 años de su desaparición.

El sábado 17 de marzo de 1883, Marx fue sepultado en el cementerio de Highgate, en la misma tumba donde su esposa había sido enterrada quince meses antes.

Frederick Engels despidió a su Amigo hablando en inglés:

“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, el más grande de los pensadores vivientes dejó de pensar. Lo habíamos dejado solo apenas dos minutos y, cuando regresamos, lo encontramos en su sillón, donde se había dormido apaciblemente pero para siempre.

“Una pérdida inconmensurable sufren el proletariado militante de Europa y los Estados Unidos y la ciencia histórica, con la muerte de este hombre. El vacío dejado por la pérdida de este espíritu superior pronto se hará sentir.

“Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el simple hecho, hasta entonces oculto por el excesivo desarrollo de la ideología, de que la humanidad debe antes que nada comer, beber, tener un techo y poseer vestidos antes de poder dedicarse a la política, la ciencia, el arte, la religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios materiales inmediatos de subsistencia y, en consecuencia, el grado de desarrollo económico alcanzado por una época dada son la base sobre la cual han surgido las instituciones del Estado, las concepciones legales, el arte e inclusive las ideas sobre religión del pueblo en cuestión y a cuya luz deben ser, pues, explicados en vez de a la inversa, como había sido el caso hasta el momento.

“Pero eso no es todo. Marx descubrió también la ley particular del movimiento que rige el modo de producción capitalista en la actualidad y la sociedad burguesa que ha creado ese modo de producción. El descubrimiento de la plusvalía hizo luz sobre el problema cuya solución todas las investigaciones previas, de economistas burgueses y críticos socialistas, habían estado buscando en la oscuridad.

“Porque Marx era, antes que nada, un revolucionario. Su misión real en la vida era contribuir, de una u otra manera, a la supresión de la sociedad capitalista y las instituciones estatales que éste había producido, contribuir a la liberación del proletariado moderno, al que él fue el primero en hacer tomar conciencia de su propia situación y de sus necesidades, conciencia de las condiciones para su emancipación. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito tales como pocos podrían rivalizar. Su obra en la primera Rheinische Zeitung (1842), el Vorwärts de Paris (1844), el Deutsche-Brüsseler Zeitung (1847), la Nue Rheinische Zeitung (1848-49), el New York Tribune (1852-61) y, además, una multitud de folletos militantes, su trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres y, por último, coronándolo todo, la fundación de la gran Asociación Internacional de Trabajadores: ésta fue, en verdad, una realización de la cual su fundador habría podido estar orgulloso aunque no hubiera hecho ninguna otra cosa.

“Y, por todo ello, Marx fue el hombre más odiado y calumniado de su tiempo. Los gobiernos, absolutistas y republicanos, lo deportaron de sus territorios. Los burgueses, conservadores o ultra-democráticos, compitieron entre ellos acumulando infamias contra él. Todo esto lo hizo a un lado como si se tratara de una telaraña, ignorándolo, respondiendo sólo cuando se veía obligado por una extrema necesidad. Y murió amado, reverenciado y llorado por millones de camaradas revolucionarios -de las minas de Siberia a California, en todas parte de Europa y los Estados Unidos- y me atrevo a afirmar que, aunque tuvo quizás muchos opositores no tuvo un solo enemigo personal.

“¡Su nombre perdurará a través de los siglos, lo mismo que su obra.”

Extraído del libro “Marx y su Concepto del Hombre” de Erich Fromm

Posteado por Miguel

martes, 25 de marzo de 2008

Homenaje a Guillermo Estevez Boero

ACTIVIDADES ORGANIZADAS POR EL CENTRO DE CULTURA SOCIALISTA DE ESPERANZA

JUEVES 27 DE MARZO - HORA 20,30 - SALON "AGUSTIN TOSCO" DE LA ASOCIACION DEL PERSONAL MUNICIPAL (AVELLANEDA 2297, ESPERANZA) HOMENAJE A GUILLERMO ESTEVEZ BOERO CON PROYECCION DE UN VIDEO Y CHARLA DEBATE SOBRE EL TEMA: "DEMOCRACIA Y EDUCACION. PERPECTIVAS Y DESAFIOS A 25 AÑOS DE LA RECUPERACION DE LA DEMOCRACIA", a cargo del Profesor DARIO MACOR (UNL - CONICET), DIRECTOR DE PLANIFICACION DEL MINISTERIO DE EDUCACION DE LA PROVINCIA DE SANTA FE. ESTARAN PRESENTES FUNCIONARIOS Y LEGISLADORES SOCIALISTAS, ENTRE ELLOS LA DIPUTADA INES, ESPOSA DE GUILLERMO ESTEVEZ BOERO .

Invitamos a participar de este acto a todos los afiliados, allegados y publico en general.


jueves, 20 de marzo de 2008

Las penas son nuestras, la soja es ajena...

Verdades a medias y lo que no se dice en el conflicto del gobierno con el sector agrícola
Nicolás Panizza

Lo que se dice, son verdades parciales. ¿Cómo es esto? Le cuento: la realidad es extremadamente compleja, todos la observamos y pensamos subjetivamente, es decir, desde nuestros valores, ideales, experiencias, intereses, etc. Jamás podremos comprender toda la realidad, sólo y con mucho esfuerzo teórico y práctico logramos entender una parte de ella. Veamos ahora, qué observa y qué dice acerca de la realidad cada sector implicado en el conflicto que los grandes Medios denominan “el campo contra el gobierno”.

El gobierno nacional ha aumentado las retenciones al sector agrícola, ve desde su perspectiva la posibilidad de recaudar más, mucho más dinero, se calcula que más de mil millones de pesos. ¿En qué fundamenta el gobierno esta decisión? En que su modelo macroeconómico se basa en un tipo de cambio (1 peso 3 dólares) que beneficia al campo. De acuerdo con un trabajo del Centro de Investigación en Economía Política y Comunicación (Ciepyc) realizado en junio de 2007, la rentabilidad del sector agrícola fue en promedio (2002-2006) un 40 por ciento superior, comparado a los últimos cuatro años de la convertibilidad (1 a 1). Incluso, durante los dos primeros años de vigencia del nuevo esquema macroeconómico, los márgenes de ganancia del sector agrícola promediaron niveles 50 por ciento superiores que los de la convertibilidad, llegando a picos en donde superaron el 80 por ciento. Aquí radica la base fundamental del argumento del gobierno, es decir, toma una parte de la realidad, la más cercana a sus intereses y sólo ve esta parte.

Ahora, es turno de meternos en la base del argumento sostenido por la cúpula del sector agrícola, el cual es más simple: protestan contra el aumento de las retenciones y el nuevo esquema móvil. Confederaciones Rurales (CRA), la Federación Agraria, Coninagro y la Sociedad Rural convocaron en unidad a una protesta del sector, algo que no sucedía desde tiempos de Carlos Menem. Entre las cuatro redactaron un comunicado, el mismo afirmaba que el nuevo esquema de retenciones "Es una medida con una clara intención recaudatoria y de neto corte fiscal, que discrimina a las provincias y el interior". Mario Llambías, de Confederaciones Rurales señalo que "El interior está siendo despojado de una cifra de 2.400 millones de dólares que se trasladará a otros sectores y a las arcas fiscales". En resumen, estas entidades protestan por el aumento de las retenciones, que traerá consigo la reducción de la tasa de ganancia de los propietarios agrícolas.

Como hemos desarrollado, cada parte de este conflicto ve sólo un pedazo de la realidad, la que quiere, la que más le conviene, y niega la otra parte. Por ejemplo, el gobierno se niega a reconocer que con el aumento de las retenciones persiga un fin político, este fin tiene la clara misión de hablar de superávit fiscal y no de inflación, de tener dinero para el subsidio a empresas privadas, además, claro esta, de tener dinero para mantener la burocracia parásita y el aparato de politiquería partidaria; bien sabemos que la nueva vida del PJ, versión puerto madero, necesita financistas y para ellos qué mejor que derrochar dinero público.

Por otro lado, estas entidades agrícolas que dicen hablar en nombre “del campo” y principalmente sus lideres, que hablan en nombre de la “gente de campo” y nunca se bajan de su camioneta importada, poco se les escucha reconocer que siempre han pertenecido a una clase social privilegiada, que se han enriquecido muchísimo en los últimos años, que el campo no es homogéneo y que los que más se han beneficiado son los grandes propietarios, justamente los que manejan la Sociedad Rural.

Estamos ante una situación, en la que pocos pueden tirar la primera piedra, ni un gobierno que recauda como nunca y se traga la plata sin beneficiar a la población, ni los grandes propietarios que se quejan porque no van a ganar “tanto dinero” como antes, mientras de todos modos, continuaran enriqueciéndose a costa del extenuante trabajo de los peones rurales. No se quiere ver la otra realidad, porque esta impondría, imputaría, haría necesario, implementar cambios estructurales, y de eso ni hablar, es palabra prohibida para una nación que siempre vivió para la exportación, para afuera y jamás pudo crecer para adentro porque para eso debería terminar con muchos intereses.

Permítanme compartir con ustedes, algunos datos de una reciente investigación de Maximiliano Montenegro, para el Diario Critica de la Argentina, que pinta de cuerpo entero a la política y a la oligarquía argentina. Según Montenegro, los dueños de los campos más caros del país tributan menos de impuesto inmobiliario que una jubilada del barrio de Belgrano. Por ejemplo, Luciano Miguens, titular de la Sociedad Rural, posee 2.219 hectáreas de campo en Salto, en la franja más rica de la Provincia de Bs. As., con una valuación de mercado superior a los 40 millones de pesos. Paga apenas 78 pesos anuales (sí, al año) por hectárea en concepto del impuesto inmobiliario rural. Por su parte, Matilde Noble Mitre de Saguier, integrante del directorio del diario La Nación, tributa sólo 57 pesos por hectárea por su campo en Salto, donde el valor real de la hectárea ronda entre los 8 mil y los 11 mil dólares. El campo de Manuel Anchorena en Chascomús, para Rentas está registrado a 519 pesos la hectárea. Y contribuye con la ridícula suma de 8,4 pesos por hectárea.

Lo que paga de ABL (alumbrado, barrido y limpieza) en un bimestre una jubilada, por su departamento de dos ambientes en Belgrano, es equivalente al impuesto que le cobra el fisco de la provincia de Buenos Aires a Anchorena por 16 hectáreas durante todo un año. ¿Por qué sucede esto? Por el enorme poder que tienen los grandes terratenientes y porque nuestros representantes no tienen el valor de cambiar las cosas, siendo muchas veces cómplices y secuaces. Como nos preguntamos más arriba, ¿Quién puede tirar la primera piedra?

Las piedras, para arrojarlas bien fuerte en protesta, deben estar en manos de los peones rurales, de los pequeños productores y de las muchas personas que tuvieron que dejar el campo por falta de empleo a causa de la concentración de tierras en pocas manos.

Para finalizar, después de un complejo recorrido, le dejó algunas cosas que NO se dicen: Nadie habla de la situación del peón, nadie discute la posibilidad de realizar una verdadera reforma agraria y ni siquiera se escuchan voces que propongan poner un tope, un máximo de cantidad de hectáreas por persona o a Sociedades Anónimas para limitar la concentración en pocas manos. No se oyen leyes que impidan la venta de tierras a corporaciones o multimillonarios extranjeros, ni que se proponga subsidiar al pequeño productor para que siga trabajando su campo y no lo arrende a un pull de siembra extranjero. Jamás escuche a algún político que proponga que con las acaudaladas sumas que recauda el Estado, éste invierta en fabricas agroindustriales para darle valor agregado a los bienes primarios y que estas fabricas sean gerenciadas cooperativamente por los trabajadores o de forma mixta con el Estado, del mismo modo se podrían comprar tierras y formar cooperativas de trabajo rural para descomprimir el hacinamiento urbano. Y por último, lo que debería ser lo primero: ¿Alguien se acuerda del cuidado del medio ambiente?

Pero nada de esto se dice, en cambio si, se venden a precios irrisorios tierras fiscales en el sur a los Kirchner o se permite a los más ricos pagar menos impuestos.

Discúlpenme, pero insisto, a quejarse peones rurales, a protestar pequeños productores, a exigir desocupados. Pero por favor, políticos y grandes terratenientes, basta de mentir, de distorsionar la realidad y de ocultar.

Para finalizar, me pregunto qué pensaran y dirán los grandes terratenientes cuando protestan los asalariados, qué hubiera dicho la cúpula de estos sectores, si las rutas hubieran sido cortadas en tiempo de traslado de los granos por desocupados, piqueteros, peones, maestros o asalariados en general. ¿Qué hubiera dicho el titular de la Sociedad Rural?

Fuentes:

Análisis Digital

Critica de la Argentina

La Nación

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Nicolás Panizza es Profesor Universitario en Historia y Licenciado en Periodismo

Posteado por Alberto

Crisis financiera mundial?

Este articulo nos puede ayudar a evaluar la actual crisis financiera mundial. Crisis del Capitalismo

Las declaraciones no dan campo a la duda. Fines de enero de 2008, en el Foro Económico Mundial de Davos (un pueblo en los Alpes de Suiza, donde se reúnen los más ricos del mundo), George Soros, un temido especulador internacional, aseguró que nos encontramos al final de la Era del Dólar, precisando que una ruptura sistémica pudiera estar cerca (Sean O’Grady, “Soros warns ‘systemic failure’ may be upon us”, enero 24 de 2008, www.deepjournal.com). Asimismo, y de acuerdo con la conservadora y prestigiosa revista The Economist (26 de enero de 2008:11), estamos ante una recesión mundial. Las cifras lo confirman: sólo en las tres primeras semanas de 2008, el mercado bursátil perdió más de cinco billones de dólares en el mundo, cifra equivalente al 40 por ciento del PIB de Estados Unidos. La economía neoliberal está creando el mayor desequilibrio de todos los tiempos, de alcance universal.

Estas cifras y crisis asustan e incluso espantarán mucho y también a muchos, pero ante los ojos de los sectores alternativos deben asumirse, además, como una oportunidad para el cambio: la inseguridad internacional crecerá hasta generalizarse, y el cuestionamiento al neoliberalismo será cada vez más abierto y masivo, hasta hacerse global. Frente a la crisis, no corresponde remendar el sistema; hay que reivindicar una conversión o transición hacia otra economía, en función de la vida de las mayorías y de la propia naturaleza.

Del Norte al Sur

Mientras amenaza una recesión en Occidente y sobre todo en Estados Unidos, repunta el crecimiento económico en los países emergentes. Ello pone de manifiesto que la vitalidad de la economía productiva se traslada hacia el Sur, en tanto que el estancamiento y el agotamiento de la economía productiva se revelan más que todo en el Norte. Ahí y sobre todo en Estados Unidos se vive desde hace décadas, a crédito, de la renta productiva del Sur. En el Foro Económico Mundial en Davos de enero de 2008, Cheng Siwei, vicepresidente del Comité Central del Partido Comunista de la República Popular China, puso en cierta forma el dedo en la llaga al afirmar: “Los asiáticos ahorramos hoy para gastar mañana, pero los americanos gastan hoy lo de mañana”.

El problema de Estados Unidos es que consume a crédito, financiado por el resto de los países. El total de la actual deuda norteamericana es mayor que la de todos los países del mundo juntos. Sólo a China le debe 1,4 billones de dólares. Son créditos que, en la más optimista de las proyecciones, serán pagados. Pero que en otro escenario más factible, una vez los acreedores pierdan la confianza y exijan el pago inmediato de sus acreencias, propiciarán una catástrofe: la caída libre del billete verde. No se sabe cuándo se producirá la pérdida generalizada del dólar; pero sabemos que tendrá lugar dentro de no mucho tiempo.


Los signos en esa dirección no dejan de aparecer. Los bancos centrales en el mundo entero hacen lo posible para evitar la caída libre del dólar. Desde agosto de 2007, los bancos centrales norteamericano, europeo, británico, suizo y japonés han inyectado a la economía centenares de miles de millones de dólares, sin conseguir restablecer la confianza. Desde la crisis inmobiliaria, los países del Sur han inyectado más de 69 mil millones de dólares para salvar los bancos del Norte (The Economist, 19 de enero de 2008:11).

Algunos de los principales establecimientos financieros -Citigroup y Merrill Lynch en Estados Unidos, Northern Rock en el Reino Unido, Swiss Re y UBS en Suiza, la Société Générale en Francia, etcétera- han acabado por reconocer pérdidas colosales y prevén depreciaciones suplementarias. Para limitar la brutal caída y hasta la bancarrota, varios de ellos han tenido que aceptar capitales provenientes de fondos soberanos controlados por potencias del Sur (China, Corea del Sur, Singapur, Taiwan) y petromonarquías (Ramonet Ignacio, Le Monde Diplomatique febrero de 2008). Así, Singapur, Kuwait y Corea del Sur inyectaron a mediados de enero de 2008 un total de 21 mil millones de dólares para salvar al Citigroup y Merrill Lynch.

Sin embargo, como los Estados Unidos persistirán en los próximos años con la solicitud de nuevos créditos para cubrir su déficit fiscal y en la balanza comercial, en esta ocasión por el orden de un trillón de dólares al año, la confianza en el billete verde será cada vez menor. Esta crisis marca, en términos de Ramonet (febrero de 2008), el fin de un modelo: el de 60 años de supremacía del dólar y de una economía basada en el consumo estadounidense. Su salida se halla en la capacidad de las economías asiáticas de relevar al motor norteamericano. En este sentido, la crisis constituye también oportunidad para el Sur. La manifestación del declive de la supremacía de Occidente presagia el desplazamiento próximo del centro de la economía-mundo de Estados Unidos a China o, más en general, del Norte hacia el Sur.

¿Cómo se manifiesta la crisis de hoy? Primero se derrumbó el mercado inmobiliario en Estados Unidos. Debido a una política crediticia irresponsable, más de tres millones de hogares norteamericanos endeudados en unos 300 mil millones de dólares han tenido problemas para cubrir las obligaciones mensuales de sus hipotecas. El crédito se hizo más difícil y la demanda de casas bajó. Entre 2005 y 2007, la venta de viviendas nuevas en Estados Unidos se redujo en un 40 por ciento. A partir de la crisis hipotecaria, los propios bancos norteamericanos entraron en problemas. Citigroup, el mayor banco de Estados Unidos, reporta pérdidas por casi 10 mil millones de dólares en el sector hipotecario. Merril Lynch, gran banco de inversiones, reporta una pérdida de casi ocho mil millones de dólares. El Banco de América informa que prácticamente todas sus ganancias se esfumaron en el cuarto trimestre de 2007.

La crisis financiera también afectó a Europa. Bancos como Northern Rock en el Reino Unido, Swiss Re y UBS en Suiza, la Société Générale en Francia, etcétera, han tenido pérdidas colosales y prevén depreciaciones suplementarias. Ante la inseguridad, los consumidores se ponen nerviosos y retienen el dinero. Con ello disminuyen las ventas, afectando las ganancias de las empresas transnacionales. Con la baja -a menudo brusca- de las ganancias, el mercado bursátil en el mundo entero entra en crisis. En las tres primeras semanas de enero de 2008 se esfumaron más de cinco billones de dólares.

Las crisis especulativas son propias del neoliberalismo y se dan en el mundo entero. Las mismas se alternaron en la última década. La más reciente fue la hipotecaria. Cuando se presentó la crisis bursátil de 2000-2001, la Reserva Federal de Estados Unidos bajó las tasas de interés. Entre abril de 2000 y el 10 de septiembre de 2001 (o sea, un día antes de la caída de las Torres Gemelas), la caída media bursátil en el mundo fue del 32 por ciento, con un máximo del 73 en Japón y 65 en el sector de la Nueva Tecnología en Estados Unidos (Nasdaq). A partir de allí, entre 2001 y 2003, la tasa de interés en Estados Unidos bajó del 6 al 1 por ciento.

Al bajar las tasas de interés se presentó una mayor demanda de viviendas, superando la oferta. Los precios de los inmuebles se alzaron sin cesar. Por ello, el mercado inmobiliario se tornó en alternativa de especulación. Al crecer los precios de los inmuebles, hay mayor demanda de hipotecas, las cuales pueden ser empleadas para comprar una mejor casa, pero también para fomentar el consumo, que para 2007 representaba en Estados Unidos, como resultado de esta dinámica, el 72 por ciento del PIB, al tiempo que en el 2000 sólo era del 67 (Juan Francisco Martín Seco, “Davos se retracta”, Rebelión, febrero 3 de 2008). Las hipotecas se otorgaban incluso a gente con escasa o ninguna capacidad de pago (los llamados ‘subprime’). El ‘boom’ hipotecario significó un aumento en la circulación de dinero frente a una productiva economía agónica.

De ahí que, con el aumento del consumo, no se haya fomentado la producción en Estados Unidos, creciendo, en su defecto, las importaciones, y con éstas la deuda externa. En un comienzo, al importar productos más baratos (provenientes sobre todo de China), la inflación no se hizo sentir. Pero transcurridos unos pocos años, se dio el efecto inflacionario. Para impedirlo y frenar una mayor inyección de dinero a la economía gringa, la Reserva Federal aumentó de nuevo las tasas de interés. En poco tiempo, tal tasa de interés creció del 1 al 5,25 por ciento. El efecto para la gente menos solvente (‘subprime’) fue de bomba: se hizo evidente la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones mensuales.

La reacción bancaria llegó de inmediato: millones fueron desalojados de sus casas. Cuando los bancos se percataron de que más del 30 por ciento de los préstamos estaban ‘subprime’, también las propias instituciones financieras entraron en problemas. Muchas de las hipotecas dudosas fueron fraccionadas y combinadas con otros productos financieros para ‘asegurarlos’. Estos nuevos productos financieros fueron revendidos como seguros a otros bancos en el mundo entero. En esta forma, la crisis bancaria se globaliza, estallando en cualquier parte del orbe y afectando incluso a los más grandes del mundo.

El miedo cundió. Los bancos desconfiaban y no se prestaban entre sí. Nadie confiaba en nadie. Para evitar que los bancos y el sistema financiero internacional colapsaran, los bancos centrales de las principales potencias, como prestamistas de última instancia, desde agosto de 2007 han inyectado miles y miles de millones de dólares al sistema financiero. A la vez, la Reserva Federal bajó nuevamente las tasas de interés y se dieron millonarias facilidades fiscales para ayudar a los capitales más grandes.

Pero aquellas maniobras, en vez de atacar la causa del problema, actúan como aceite sobre el incendio. Si tratan de revertir la recesión reanimando el mercado al bajar las tasas de interés, alentarán la inflación y la caída del dólar, lo que terminará por traer más recesión. Si en cambio buscan frenar la inflación enfriando la economía, al alzar las tasas de interés pueden profundizar la recesión: un callejón sin salida. El primer camino que actualmente se recorre significa posponer el colapso que se dará de todos modos y de manera más impactante. Es imposible saber cuántos cientos de miles de millones de euros y dólares han puesto las autoridades monetarias al servicio de los grandes especuladores del mundo para que sigan jugando a su ruleta especulativa. En todo caso, han sido tantos que ya es imposible que puedan disimular lo que significa liberalismo: intervención para proteger a los más fuertes, y desregulación para los débiles (Juan Torres López, “Los liberales se ponen en marcha: intervención masiva en los mercados”, Rebelión, enero 26 de 2008).

La crisis inmobiliaria no sólo significó una reducción en la actividad constructiva -que se traduce en desempleo- sino además la reducción de las posibilidades de crédito para la población en general, lo que multiplica su incapacidad de pago. Debido a la cada vez más grave crisis inmobiliaria, así como a la desaceleración del empleo, para la segunda mitad de 2007 el crecimiento de las rentas totales reales de los hogares, que habían aumentado a una tasa anual aproximada del 4,4 por ciento entre 2005 y 2006, ahora se sitúan casi en cero. En otras palabras, si se suma el ingreso real disponible de los hogares, los préstamos obtenidos por la refinanciación de las hipotecas, los préstamos al consumo y sus rentas de capital, el resultado es que el dinero del que pueden disponer los hogares, para gastar, ha dejado de crecer. Mucho antes que la crisis financiera estallara en verano, la expansión había dado ya sus últimos pasos.

El resultado inmediato de todo este proceso es uno solo: baja la confianza del consumidor. La gente, en vez de gastar a crédito, comienza a cuidar y atesorar su dinero. Así, disminuye el consumo y, por lógica, también las ventas. Los ingresos de las empresas, y con ello sus ganancias, se van a pique. El mercado bursátil entra en crisis en todo el mundo. Así lo confirma la mayoría de las bolsas de valores en todo el mundo, las cuales estaban, a tres semanas de 2008, a más del 20 por ciento de sus máximos históricos de octubre de 2007 (The Economist, enero 26 de 2008:11).

No hay futuro en el Norte

Ante esta avalancha, aflora una pregunta por doquier: ¿Se afectarían China y la India a partir de una fuerte recesión en Occidente? Para dar una respuesta, hay que mirar algunos indicadores: para el año 2002, las exportaciones asiáticas representaban el 44 por ciento de su PIB, y en 2005 ya eran el 55. Aunque el comercio intra-asiático ha crecido ostensiblemente, el 60 por ciento de sus exportaciones se dirige al mercado de los Estados Unidos, la UE y Japón. Con este grado de dependencia de las exportaciones a ‘Occidente’, será difícil que las economías asiáticas salgan ilesas de esta debacle. Otro tanto vale para las economías latinoamericanas, que, además de su vulnerabilidad, giran en la órbita de los Estados Unidos (Amylkar D. Acosta Medina, “China will crash and burn along with the rest of us”, en Rebelión, enero 24 de 2008).

La actual crisis financiera internacional y la recesión mundial que amenaza a partir de ella ponen de manifiesto, sin embargo, que la vitalidad de la economía productiva se traslada, y así continuará sucediendo inevitablemente, hacia el Sur. La crisis internacional obligará a China y los países del Sur en general a una menor dependencia del mercado externo, es decir, obliga a un mayor desarrollo autocentrado. Con esta desconexión de la política de globalización, el Sur tendrá más posibilidades de reponerse de la crisis, al poder enfocar sus inversiones al sector productivo, en función de su propio desarrollo. Para el capital productivo ya no hay mayor fututo en el Norte. La sustitución cada vez más acelerada de la tecnología ha elevado los costos de innovación a tales niveles que no puede ser compensado por la reducción en el costo de mano de obra al introducir esa tecnología.

Pero este cambio no se dará sin una crisis política y de hegemonía profunda que muy seguramente implicará incluso conflictos internacionales. La democracia de Occidente está en peligro porque, como hemos visto en otros momentos de la historia lejana y reciente, la vía autoritaria y la guerra resultan ser la solución última para una “minoría de elegidos”. De ahí que una nueva amenaza de guerra en Oriente Medio se hace cada vez más concreta al agotarse las modalidades económicas de dominación. La amenaza de una ampliación de la guerra en esa área tiene más que ver más con China y Rusia que con el propio Irán.

La crisis, y con ella los ajustes, se acelera. “Estamos llegando a una fase de capitalismo autoritario”, afirma Robert Reich, ex asesor del presidente Clinton (Het superkapitalisme, 2007). El 17 de octubre de 2007, Bush, haciendo referencia a Irán, advirtió sobre una posible Tercera Guerra Mundial. John McCain, precandidato republicano de Estados Unidos, afirmó el pasado 29 de enero, en medio de su campaña electoral, que habrá más guerras. Recientemente, en el ambiente de una nueva guerra fría (enero pasado), tanto Estados Unidos como Rusia anunciaron la posibilidad del uso preventivo de un ataque nuclear. Este 4 de febrero, la Casa Blanca le pidió al Congreso que apruebe un presupuesto para el Departamento de Defensa por un monto de 515 miles de millones de dólares, lo cual significaría, tomando en cuenta la inflación, el presupuesto más elevado desde la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas marinas y de aviación rusas están en diferentes océanos, mostrando la seriedad de sus advertencias. En abril de 2008 habrá en Bucarest una reunión de la OTAN para analizar al tema de un posible ataque nuclear preventivo contra Irán.

Como vemos, es creciente el ascenso a los extremos. Las fichas se mueven. Estados Unidos, sin embargo, carece de la economía necesaria para una guerra de escala mundial. Para su realización, dependería de enormes créditos del exterior, e irónicamente de sus propios enemigos. En semejante coyuntura, puede darse la decisión internacional de dejar de prestarle a Estados Unidos, lo que significaría prácticamente la caída libre del dólar. La amenaza misma procura a la vez evitar tal medida. La concreción de la amenaza de una conflagración atómica internacional no se puede descartar, pero una ampliación tal de la guerra conduciría a la autodestrucción, no sólo en términos militares sino también en el plano económico. Lo anterior no hace imposible la guerra pero la hace menos probable, y en todo caso señala de antemano al gran perdedor: Estados Unidos.

En términos de Polanyi (La Gran Transición), a partir de una gran crisis económica y una guerra de alcance mundial en los años cuarenta del siglo pasado nació la conciencia de que la economía ha de enmarcarse en un complejo de otras relaciones sociales, que se basan en principios de solidaridad, democracia, justicia social y sostenibilidad ecológica. Cada crisis es una oportunidad, y uno u otro la explotarán. La cuestión es la siguiente: ¿Será esta confusión un pretexto suficiente para que el capital llegue a las últimas consecuencias y pretenda salvarse? O bien, ¿será este último fracaso de los mercados no reglamentados el catalizador necesario para reivindicar en el mundo entero otra civilización?

La humanidad no solamente se halla ante una crisis sistémica. La crisis sistémica genera tal inseguridad en la escala global, que brinda la oportunidad para buscar la solución, además de que las presiones sociales forzarán en esta dirección. Así sucedió en tiempos de la crisis internacional de los años treinta, cuando la catástrofe se veía por todo lado: en medio del caos se multiplicó la lucha social por un cambio sistémico. Intelectuales como John Maynor Keynes plantearon entonces propuestas a la crisis, que hubieran podido acabar con la racionalidad misma, como la economía de ‘démurrage’. De nuevo se nos presenta ahora una oportunidad histórica para cambiar la propia racionalidad económica existente.

Con la introducción de una tasa de interés mundial cero es posible concebir una tasa de crecimiento cero. Tanto el interés positivo como el negativo representan un precio por el uso de dinero. La real diferencia es que en el primer caso acrecienta el dinero de quienes ya lo poseen, mientras en el segundo se les cobra a los poseedores por su uso. Tener fortuna deviene una condición gravosa y desincentiva la acumulación. La seguridad, en un sistema basado en intereses positivos, se fundamenta en la tenencia de dinero. En cambio, en un sistema de intereses negativos, la seguridad consiste en llegar a ser parte de una red de relaciones sociales. En otras palabras, el acento se pone en las relaciones humanas y no en la posesión de cosas. Fomenta el compartir, la reciprocidad y la circulación de bienestar.

Un generalizado interés negativo tiende a fomentar el consumo duradero. Si tenemos que escoger entre un producto con un valor de 20 que tiene una vida media útil de un año, o un producto que cumpla la misma función con un valor de 40 pero una vida media útil dos veces mayor, en una economía con intereses positivos se escogerá el primer producto, ya que se tiende a invertir el monto restante -de un valor 20- para obtener más dinero. En una economía de ‘demurrage’, que Keynes planteó como opción, se preferirá comprar el producto más duradero. Si la media de los productos se quintuplica, la rotación del capital baja un quinto y el dinero desembolsado para una inversión productiva madura con una quinta velocidad. En términos monetarios, la economía tiende a decrecer, aunque en términos de bienes duraderos trae mayor bienestar. El resultado sería un crecimiento negativo en términos monetarios, con un bienestar mayor. No existe posibilidad de ganancia en la economía de ‘démurrage’. Sería, en otras palabras, el fin del capitalismo.

Wim Dierckxsens, holandés de origen, radicado en Costa Rica. Coordinador del Foro Mundial de Alternativas para América Latina, miembro de la junta directiva de la Sociedad Latinoamericana de Economistas Políticos (SEPLA) e investigador del Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI).


Posteado por Alberto

miércoles, 19 de marzo de 2008

Visita del compañero Diputado Mario Drisun

El Dr. Mario Drisun es un reconocido médico rosarino que ocupó cargos relevantes en el área de salud durante la intendencia de Hermes Binner en Rosario. Actualmente es diputado provincial por el P.S. y preside la Comisión de Salud de la Cámara Baja y también es un amigo muy querido de los socialistas de Esperanza, empeñado en su esfuerzo por hacer crecer nuestras ideas y sumar más voluntades para la transformación positiva de nuestra provincia. Días pasados tuvo oportunidad de reunirse con la Intendenta de nuestra ciudad, ocasión en la que ambos dialogaron extensamente sobre el programa de salud pública que la gestión socialista pretende llevar a la práctica en la provincia. El diputado tomó nota de los aspectos planteados por la Intendenta local y abogó por un trabajo coordinado entre provincia y municipios para hacer de la salud un derecho efectivo de los ciudadanos, sin distinciones de ninguna clase. A la reunión se sumó luego parte del gabinete de la Sra. Meiners, así como el Dr. Víctor Elena, médico designado por la Intendencia en el Samco local. Por su parte, Mario Drisun estuvo acompañado por dos compañeros de nuestro centro.

Posteado por Carlitos


Acerca del 8 de marzo.

Sabías qué?


Existen dos grandes acontecimientos históricos a los que se le atribuyen la institución de la fecha: en 1857 miles de trabajadoras textiles protestaron por los barrios más caros de Nueva York, haciéndose escuchar por las terribles condiciones en las que trabajaban.

Luego, el caso más resonado, sucedió en 1908, en Washington Square, Nueva York, cuando la fábrica Cotton Textile Factory fue incendiada y murieron 129 personas. Los dueños habían encerrado a todas las trabajadoras para que no se unieran a la huelga de 40.000 costureras industriales que demandaban sumarse a sindicatos, una mejora salarial, rechazaban el trabajo infantil y pedían una jornada laboral más corta.

Este hecho inhumano y, a la vez tan humano, es el que más se menciona a la hora de buscar un porqué para la conmemoración del Día de la Mujer.

Clara Zetckin, la creadora del 8 de Marzo, junto a Rosa de Luxemburgo.

Primeros días
En febrero de 1908, en Estados Unidos, se organizó el primer Día Internacional de la Mujer, cuando organizaciones de mujeres socialistas se manifestaron para luchar por su derecho al voto y por sus derechos políticos y económicos.

En 1910, por primera vez, las feministas y las socialistas de todo el país se unieron para celebrar ese día con una movilización popular.

En Europa se celebró por primera vez el 19 de marzo de 1911, fecha en que recordaban que en 1948 el rey de Prusia , bajo la amenaza de un levantamiento en armas, prometió varias reformas y, entre ellas, el derecho a que las mujeres votaran.

El 8 de marzo
Quienes instauraron el 8 de marzo como "el" día, fueron las 100 delegadas de 17 países de sindicatos y partidos socialistas, reunidas en Dinamarca en la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas, el 27 de agosto de 1910.

La presidenta del Congreso de la Internacional Socialista, Clara Zetkin, es a quien se le atribuye, por su trabajo y su discurso, la consagración de este día.

Ella y Kate Duncker, dijeron y tuvieron el voto unánime: "De acuerdo con las organizaciones de clase, políticas y sindicales del proletariado en sus respectivos países, las mujeres socialistas celebrarán anualmente el Día de la Mujer, dedicándolo en primer término a la agitación en favor del derecho de la mujer al voto. Esta demanda debe debatirse en su interrelación con todas las cuestiones femeninas, conforme al enfoque socialista. El Día de la Mujer debe tener carácter internacional y ser minuciosamente preparado".

La base de su determinación fue: "Para que la mujer tenga plena igualdad de derechos sociales con el hombre -de hecho y de derecho y no sólo en la letra muerta de las leyes-, para que tenga todas las oportunidades de un libre desarrollo y del ejercicio total de su condición humana deben darse dos premisas primordiales: la propiedad privada de los medios de producción debe ser sustituida por la propiedad social; las mujeres deben ser incorporadas a la producción social en un régimen libre de explotación y esclavitud".

“siempre creí que este país merecía ser distinto. Que un día íbamos a unirnos todos y el destino cambiaría. Recuerdo los barrios obreros de esta ciudad cuando llegábamos con las banderas rojas, y la gente se iba reuniendo y se iban logrando cosas. Cuando el partido socialista era una parte linda de la vida. Cuando las mujeres nos juntamos por primera vez y empezamos a pelear por nosotras…”.

Alicia Moreau de Justo



Posteado por Valeria

martes, 18 de marzo de 2008

El Tiempo Del Socialismo

El socialismo es un pensamiento que nace con la industrialización -S XVIII- como resultado de la explotación a que era sometida la nueva clase trabajadora. A los primeros militantes se los caracterizó como utópicos, pues, fundaban su tesis en la creencia de que los hombres son iguales por naturaleza y esencialmente seres solidarios. En algún sentido responden al tiempo en que Rousseau publica el texto que domina todo el siglo XVIII, Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad de los hombres. Pero fue recién en el curso del S XIX que el esfuerzo por elaborar una teoría histórica que explique la formación del capitalismo se abrió paso el pensamiento científico pudiéndose demostrar el mecanismo de explotación social utilizado en la lucha de clase antagónicas: la plusvalía. De ahí dedujeron que el progreso histórico de la humanidad afinca en la lucha de clases: clase en sí. Aquellos científicos partiendo de sus descubrimientos de la estructura y dinámica capitalista elaboraron una teoría que identificaron como Socialista, pues, sustancialmente ubica a la emancipación de la clase productora que se extendió con la revolución industrial como el objetivo político para lograr la liberación del hombre de la opresión a que era sometido mediante la extracción de la plusvalía por los propietarios de los medios de producción: los capitalistas. Para ello es imperioso alcanzar la conciencia de clase: clase para sí.

Desde la aurora de los Utópicos -Saint Simón, Fourier, Owen- hasta nuestros días el Socialismo ha acumulado una formidable experiencia en el ejercicio del poder cuando lo ha alcanzado. Desde la Comuna de París, las revoluciones Mexicana, Rusa, China, Cubana, Vietnamita, entre otras hasta el reformismo socialdemócrata de los países europeos occidentales o más cerca en Chile de Salvador Allende, Lagos, el PT de Lula en Brasil, el capital de experiencias del Socialismo en torno a las relaciones de poder es formidable. Pero fue la implosión del denominado “socialismo real” de la Unión Soviética en 1985, cuyas causas no se podrían exponer aquí, que significó una derrota política de la clase trabajadora mundial, pues, esa caída fue asimilada a la inviabilidad de la teoría socialista y concomitantemente se exaltó las virtudes del capitalismo de cuño Americano estilo EEUU. La clase dominada se quedó así sin teoría en la década de los ´90 y, por ende, su guardia caída. La nueva relación de poder que se configuró en el mundo abrió paso a la aplicación de las teorías del denominado Consenso de Washington que literalmente puede conceptualizarse como una ofensiva brutal del capital contra el repliegue a posiciones defensivas de los trabajadores, v.gr., apertura de mercados, desregulación de la economía, flexibilización laboral, privatizaciones, conversión del sistema público de jubilaciones en capitalización, etc, ¿recuerda?. Es decir todo el bagaje de eufemismos que se difundió en la sociedad Argentina para llevar adelante la aplicación política del neoliberalismo más descarnado del gobierno de Menem y Domingo Cavallo continuado hasta el agotamiento por el gobierno de De La Rua. Calificado como “capitalismo salvaje” para los países periféricos en contraposición al “capitalismo civilizado” de los países centrales. La crisis del modelo de convertibilidad del tipo de cambio en el 2001 determinó ahora la inviabilidad de la teoría neoliberal, pues, puso en descubierto la incapacidad de esa tesis para resolver los problemas nacionales que dejaron como resultado indeleble el saqueo de los recursos y la renta nacional por parte del capital trasnacional y sus aláteres locales, v.gr. moneda devaluada 30%, capital social desvalorizado, empresas nacionales privatizadas, desigualdad social, indigencia, mortalidad y desnutrición infantil, en suma, pauperización social inédita de la sociedad Argentina.

Nace una Esperanza

Se abre paso ahora en la sociedad una nueva etapa histórica con el blasón de la crisis del 2001 en la memoria colectiva. De ahí que aparece la oportunidad de recuperar la teoría socialista en función de aquellas experiencias de políticas sociales responsables que habían insinuado su eficacia para contener la crisis y su consecuencia: la exclusión social.

El Socialismo desde que gobierna la ciudad de Rosario ha puesto en práctica aquellos principios que se materializaron en el Programa de la Internacional Socialista en Frankfurt en 1951 -Alemania- que obedecen a la culminación histórica reseñada de la cultura y práctica Socialista. La unificación del Partido Socialista argentino en el Congreso del año 2002 impulsó los principios incorporados como conclusión de un Programa de gobierno que erige la equidad y la justicia social como consecuencias insoslayable de la redistribución del ingreso de tal modo que su carácter innegociable para cualquier gobierno socialista deviene de la idea de privilegiar al Hombre como sujeto por sobre cualquier categoría económica.

El arribo al gobierno de la Provincia de Santa Fe del compañero Hermes Binner implica una oportunidad histórica de responsabilidad inestimable para que el Socialismo ponga en práctica su teoría de progreso forjada a partir de su rica tradición cultural como su dilatada experiencia en su conocimiento de los pliegues del Poder.

El programa del Frente Progresista que lidera el Socialismo lleva la impronta del Cambio como el término que simboliza el inmediato devenir histórico de la Provincia.

La participación ciudadana es la clave de bóveda para hacer posible el Cambio que se puede sintetizar por una cultura de la universalización de los derechos del Hombre.

En este contexto la sociedad santafesina no escapa al complejo cuadro que evidencia el espacio nacional. La fragmentación social es la característica más acusada de esta sociedad donde campea una explosiva situación de desigualdad social. Sería ocioso desgranar números aquí pero sólo grosso modo para tener una referencia conceptual el 30% de los 37 millones de habitantes -es decir 3.7 millones- del país se queda con el 62% de la renta nacional, el 70% restante -es decir 34 millones de personas- disfruta solo del 38% de la renta. No nos puede asombrar que en el país exista el 30% de pobres -es decir 10.433.401 habitantes- y 10% de indigentes -3.542.860 personas-. Se desprende de alli una percepción: la conflictividad social permanente. Vivimos en una sociedad dual: mientras el 20% vive en la opulencia la mayoría sobrevive. La cuestión pasa por la antinomia desigualdad-segregación o estabilización-integración social de una sociedad que ha perdido la capacidad de recuperar la movilidad social ascendente como consecuencia de las políticas neoliberales y sus crisis recurrentes -v.gr. 1976, 1982, 1989, 1991, 1998 y 2001-.

El Gobernador Binner abogó en la inauguración del Foro Social, Económico y Político llevado a cabo en Rosario el sábado 23 de febrero a comprometerse con la inclusión social. Inmediatamente Msñor Casaretto se entusiasmó aludiendo que “todos debemos estar preocupados si existe un excluido en nuestra sociedad”. En la misma intervención de apertura del Foro Binner enfatizó que la Educación universal es la noción integradora para superar la exclusión social. El desafío que la corriente de “Cultura” Socialista debe profundizar es la visión de la dialéctica exclusión-inclusión desde el enfoque de la estabilización-integración social. La educación será sin dudas un pilar encomiable en esa construcción. Esta premisa se proyecta en una estrategia de concreción en el mediano plazo, como también expresara el Gobernador. Por ello para empezar a terminar con una sociedad de excluidos y segregados hoy la urgencia es empezar con la distribución del ingreso para acabar con aquella inequidad que existe en nuestra sociedad dual y fragmentada de una minoría que disfruta de la renta nacional y arroja el resultado de la abrumadora mayoría en situación de desigualdad social.



Posteado por Miguel

A modo de Bienvenida

Iniciamos este blog con el objetivo de difundir las actividades del Centro de Cultura Socialista de Esperanza y a la vez ser vehiculo de expresion personal de cada uno de sus integrantes. Comprometidos en la ardua tarea de ayudar a construir una sociedad mas justa para todos los santafesinos en primera instancia, acompañando criticamente la gestion de gobierno recientemente iniciada en la provincia, aportando las propuestas para lograr los cambios necesarios en nuestra ciudad y sin olvidar nuestra profunda escencia internacionalista en ultima instancia y a riesgo de ser acusados de utopicos bregar por un mundo mejor para todos sus habitantes.