sábado, 29 de marzo de 2008

Nuevo aniversario de la muerte de Karl Marx

Remembranza de LA HOJA VOLADORA en homenaje al fundador del socialismo cientifico.

“En los Funerales de Karl Marx“, es el conmovedor epitafio que el entrañable amigo Frederick Engels evocó en memoria del autor de El Capital. Para los lectores de La Hoja Voladora ponemos a disposición este justo homenaje al autor de Das Kapital al cumplirse 125 años de su desaparición.

El sábado 17 de marzo de 1883, Marx fue sepultado en el cementerio de Highgate, en la misma tumba donde su esposa había sido enterrada quince meses antes.

Frederick Engels despidió a su Amigo hablando en inglés:

“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, el más grande de los pensadores vivientes dejó de pensar. Lo habíamos dejado solo apenas dos minutos y, cuando regresamos, lo encontramos en su sillón, donde se había dormido apaciblemente pero para siempre.

“Una pérdida inconmensurable sufren el proletariado militante de Europa y los Estados Unidos y la ciencia histórica, con la muerte de este hombre. El vacío dejado por la pérdida de este espíritu superior pronto se hará sentir.

“Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el simple hecho, hasta entonces oculto por el excesivo desarrollo de la ideología, de que la humanidad debe antes que nada comer, beber, tener un techo y poseer vestidos antes de poder dedicarse a la política, la ciencia, el arte, la religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios materiales inmediatos de subsistencia y, en consecuencia, el grado de desarrollo económico alcanzado por una época dada son la base sobre la cual han surgido las instituciones del Estado, las concepciones legales, el arte e inclusive las ideas sobre religión del pueblo en cuestión y a cuya luz deben ser, pues, explicados en vez de a la inversa, como había sido el caso hasta el momento.

“Pero eso no es todo. Marx descubrió también la ley particular del movimiento que rige el modo de producción capitalista en la actualidad y la sociedad burguesa que ha creado ese modo de producción. El descubrimiento de la plusvalía hizo luz sobre el problema cuya solución todas las investigaciones previas, de economistas burgueses y críticos socialistas, habían estado buscando en la oscuridad.

“Porque Marx era, antes que nada, un revolucionario. Su misión real en la vida era contribuir, de una u otra manera, a la supresión de la sociedad capitalista y las instituciones estatales que éste había producido, contribuir a la liberación del proletariado moderno, al que él fue el primero en hacer tomar conciencia de su propia situación y de sus necesidades, conciencia de las condiciones para su emancipación. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito tales como pocos podrían rivalizar. Su obra en la primera Rheinische Zeitung (1842), el Vorwärts de Paris (1844), el Deutsche-Brüsseler Zeitung (1847), la Nue Rheinische Zeitung (1848-49), el New York Tribune (1852-61) y, además, una multitud de folletos militantes, su trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres y, por último, coronándolo todo, la fundación de la gran Asociación Internacional de Trabajadores: ésta fue, en verdad, una realización de la cual su fundador habría podido estar orgulloso aunque no hubiera hecho ninguna otra cosa.

“Y, por todo ello, Marx fue el hombre más odiado y calumniado de su tiempo. Los gobiernos, absolutistas y republicanos, lo deportaron de sus territorios. Los burgueses, conservadores o ultra-democráticos, compitieron entre ellos acumulando infamias contra él. Todo esto lo hizo a un lado como si se tratara de una telaraña, ignorándolo, respondiendo sólo cuando se veía obligado por una extrema necesidad. Y murió amado, reverenciado y llorado por millones de camaradas revolucionarios -de las minas de Siberia a California, en todas parte de Europa y los Estados Unidos- y me atrevo a afirmar que, aunque tuvo quizás muchos opositores no tuvo un solo enemigo personal.

“¡Su nombre perdurará a través de los siglos, lo mismo que su obra.”

Extraído del libro “Marx y su Concepto del Hombre” de Erich Fromm

Posteado por Miguel

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